2 y 3 de diciembre en ArtHaus
Una experiencia inmersiva de teatro acústico lumínico en un
concierto para cuatro guitarras eléctricas, voces procesadas y escultura
lumínica.
Soneto es
una obra de teatro acústico lumínico, que propone una experiencia inmersiva, a
partir de una selección de “Sonetos” de William
Shakespeare, y del texto “Fragmentos de un discurso amoroso” de Roland Barthes.
Concebida para cuatro guitarras eléctricas, voces procesadas y escultura
lumínica operada en tiempo real, se presentará el 2 y 3 de diciembre a las 21 horas
en ArtHaus, Centro de Creación Contemporánea
(Bartolomé Mitre 434) a cargo del Nuntempe
Ensamble.
En la obra, con entrada libre y gratuita sujeta a la
capacidad de la sala, una pluralidad de voces interactúa, en torno al carácter
imprescriptible del amor y el desamor. En este sentido, la obra propone un
viaje imaginario inspirado en las diversas maneras de decir y pensar al sujeto
amoroso.
La pieza, de una hora de duración, escrita especialmente
para Nuntempe Ensamble, incorpora dispositivos tecnológicos y
el uso de procesamiento en tiempo real en su desarrollo tanto musical como
visual, en pos de generar un concepto holístico que integre música, espacio,
tiempo y efectos visuales, articulada en un discurso musical de clara
actualidad.
Soneto es una producción realizada por un equipo
interdisciplinario de artistas de Argentina, Chile y Francia, encabezada por el
argentino Marcos Franciosi, compositor, investigador y docente,
Carolina Sagredo, actriz y directora de teatro chilena, formada en la Universidad
Finis Terrae, y en el Centro de Investigación Teatro La Memoria y el francés, Julien
Hogert, un artista singular
graduado de la ENS Luis Lumière, donde obtuvo una maestría en fotografía.
Desde
sus inicios en 2008, el cuarteto de guitarras Nuntempe Ensamble, integrado por Ariel Elijovich, Andrés Vaccarelli, Pablo
Botshauser y Manuel Moreno,
se ha dedicado íntegramente a la interpretación de música contemporánea, ya sea
del repertorio establecido o incorporando nuevas piezas, encargadas o dedicadas
a Nuntempe.
El
enfoque del grupo es amplio en cuanto al uso de diferentes tipos de guitarras
(clásica, eléctrica, diferentes afinaciones, guitarras preparadas). Más que
limitarse a una estética concreta, Nuntempe intenta abordar la gran variedad de
expresiones existentes en los lenguajes musicales contemporáneos y emplea
múltiples avances técnicos y tecnológicos.
Por
su parte, la escultura lumínica, obra de Julien
Hogert, es una estructura móvil formada por varillas y puntos de luces
led que se ubica suspendida sobre los músicos en el centro de la escena. Junto
al movimiento cinético del desplazamiento de estos brazos luminosos en el
espacio, cada luz está controlada para hacer aparecer y desaparecer partes de
la escultura, cambiando su forma. El tamaño de la escultura, de 10 metros de
diámetro en su parte superior y de 6 metros de altura, envuelve al espacio
proponiendo una experiencia inmersiva, abstracta, vinculada a la percepción del
espacio y el tiempo en relación al texto y la música, generando un devenir de
estímulos lumínicos que varían sin poder intuir sus trayectorias.
Inspirada
en una poética de lo vivo, de lo orgánico, la escultura puede pensarse como una
suerte de red neuronal activada por el sentido del texto, por el devenir
musical que lo interpreta, o por trazos de memorias caídas del espacio que se
activan a partir de ciertas palabras, frases o estímulos sonoros: la voz
particular de cada orador, es un disparador en tanto a lo expresivo, de las
relaciones acústicas, gestuales, dramáticas y propiamente musicales. La luz
completa ese universo fractal mediado entre el espacio, los intérpretes y un
público que es rodeado por parlantes y que a su vez se inserta, desde lo
simbólico en un espacio acústico-lumínico que se manifiesta como una red neuronal
atemporal.
Las
esculturas lumínicas de Hogert, trasuntan una poesía de la contemplación; y, en
muchos casos, su manera de pensar y de concebir el tiempo y el movimiento
sugiere en sus trabajos una impresión orgánica, basada en el movimiento de
crecimiento y de tensión, como si se tratasen de organismos vivos.
Cada uno de los sonetos de Shakespeare fue grabado
previamente en Chile y Argentina, con voces de actores, actrices y otros
colaboradores cercanos. La grabación de cada una de las voces fue trabajada
como una fuente de información acústica y expresiva específica, que piensa a
las mismas como filtro sensible del contenido de cada soneto. En la pluralidad
combinatoria del total de las voces grabadas, estas interactúan
reabsorbiéndose, contrastandose e interpelándose, construyendo un paisaje a
partir de los diferentes sujetos comunes que los vinculan, integran y separan.
Trabajada sobre el concepto de la obra como instrumento, según el cual, tanto las consecuencias composicionales musicales, dramáticas y lumínicas, se nutren de las necesidades propias del proceso creativo y del consecuente andamiaje técnico para llegar a lo concreto, ponderando la observación continua sobre todos los elementos en juego, Soneto, aporta una mirada novedosa.