Este símbolo de la descentralización cultural logró revitalizar a través del arte la zona urbana y antigua zona minera.
El Louvre-Lens no se presenta como una "sucursal del Louvre", sino como un "Louvre diferente", mejor adaptado al territorio y a sus diferentes públicos. Según sus creadores, es el resultado de una reflexión sobre otra manera de descubrir el Louvre y hacer más accesibles las colecciones nacionales.
Catherine Mosbach, la paisajista que estuvo a cargo del proyecto junto con los arquitectos del estudio SANAA, habla en exclusiva con Vivian Urfeig para The Praxis Journal.
Catherine Mosbach repasa uno de los hitos de su estudio Mosbach Paysagistes: el entorno paisajístico del Louvre de Lens, que se transformó en el faro cultural de la ciudad minera, ubicada a 200 kilómetros al norte de París.
El proyecto fue diseñado en tiempo récord para alojar más de 200 piezas destacadas del Museo del Louvre. “Pero 15 días antes de entregar el proyecto los arquitectos cambiaron de idea para que el edificio funcionara con la propuesta de paisaje que les habíamos enviado”, señala Catherine Mosbach, que logró imprimir su propia huella en la parcela de una antigua mina de carbón.
También, afirma que su trabajo se trata de “diseñar espacios que admitan distintos tipos de apropiación, accesibles a todas las especies sin distinciones ni categorizaciones”.
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