Conferencia del Prof. Robert Boyer (EHESS - Institut des Amériques ) "La Unión Europea: cambiar de época"
Martes 7 de Mayo a las 19h en la Alianza Francesa de Buenos Aires (Av. Córdoba, 946, CABA)
Registro obligatorio aquí.
La Cátedra Europa es una iniciativa de la TEAM EUROPE Argentina, un proyecto de las embajadas europeas apoyado por la Delegación de la Unión Europea en Argentina y destinado a promover la cooperación académica y científica entre Europa y Argentina.
En 2000, la visión de la Unión Europea era convertirse en 2010 en "la economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social". Esta promesa no se ha cumplido: el viejo continente sigue rezagado en tecnología digital, le cuesta organizar la transición energética y las técnicas que contribuyen a la descarbonización de las actividades se importan la mayoría de las veces de China. El crecimiento es lento y las sucesivas crisis han agravado los déficits públicos. En consecuencia, la amplia cobertura social, característica del capitalismo europeo, es cada vez más difícil de mantener. Las reformas son tanto más dolorosas teniendo en cuenta que una parte de la población se ha empobrecido y se encuentra con partidos populistas que no están a favor de seguir delegando la soberanía nacional en las instituciones de Bruselas.
Defender el euro: es necesario pero no suficiente
Hay buenas razones para explicar este fracaso: todas, o casi todas, las energías se han centrado en políticas para superar las numerosas dificultades encontradas en el establecimiento del euro. La moneda común sobrevivió a la gran crisis financiera de 2008 y luego a la crisis de la deuda pública de 2012 hasta el punto de que, en 2024, existía un apoyo casi unánime a la misma. Sin embargo, la creación de un mercado único europeo no ha producido los rendimientos de escala esperados que habrían permitido una recuperación de las ganancias de productividad. La competencia libre y sin trabas no ha propiciado la aparición del equivalente de las GAFAM estadounidenses o de sus competidoras chinas. La debilidad de una política industrial común se deja sentir cruelmente. En las cumbres europeas ha habido opiniones encontradas sobre el futuro de Europa: ¿una simple zona de libre comercio o la creación gradual de un gobierno económico de la UE? La Comisión Europea y el Parlamento no han podido superar este dilema. En cierto modo, la oposición política generada por la gestión del euro ha relegado a un segundo plano la respuesta de Europa a la fragmentación de la economía mundial. De hecho, Europa está atrapada entre el proteccionismo de Estados Unidos y el auge de las exportaciones chinas. Su rivalidad sistémica se ha convertido en una guerra económica abierta para la que Europa no está preparada.
Es hora de una Europa poderosa
El estallido de la pandemia ya había puesto de manifiesto la extrema dependencia productiva de la UE. La toma de conciencia sobre el cambio climático ha dado lugar a la introducción de multitud de normas que promueven la economía verde, pero ello no se ha traducido en la aparición de empresas capaces de cumplirlas, ya que muchos equipos (baterías, turbinas eólicas, etc.) no se fabrican en Europa. La invasión de Ucrania por Rusia ha puesto de manifiesto la falta de preparación del viejo continente en materia de transición energética. Sobre todo, la ausencia de un sistema de defensa común, delegada de facto en la OTAN, amenaza la propia existencia de la UE.
Subsanar estas deficiencias es un objetivo compartido por todos los miembros de la UE, independientemente de las diferencias ideológicas. Por ello, es esencial que las iniciativas del tipo Nueva Generación se multipliquen en respuesta a tres cuestiones. En primer lugar, la creación de industrias de armamento sería un primer paso hacia una política industrial llevada a cabo a escala europea. Permitiría aumentar el potencial de crecimiento de Europa. En segundo lugar, dada la magnitud de las inversiones que implica la transición energética, el gasto público podría convertirse en uno de los catalizadores de la inversión privada, lo que requiere la aparición de un sistema fiscal europeo. Por último, la actualización de la protección social dentro de los países y la afirmación de su solidaridad política -más allá de la competencia entre ellos- se han convertido en condiciones necesarias para la prosecución de la integración europea. El paso de preocupaciones esencialmente económicas a objetivos geopolíticos vitales exige la creación de una Europa poderosa.
Referencia: Robert Boyer (2024), L'Union Européenne : innover ou disparaitre, Editions Garnier, París.
Robert BOYER es economista y participa en el programa de investigación sobre la Teoría de la Regulación, basado en análisis históricos y comparativos de los capitalismos que ponen de relieve el papel decisivo que desempeñan las instituciones y las organizaciones por encima de los mercados. Ha sido director de investigación en el Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) y director de estudios en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS, París). Actualmente es miembro del Institut des Amériques. El libro L'économie politique des capitalismes (La Découverte, 2015) ofrece un resumen de sus diversas publicaciones, a las que se puede acceder en http://robertboyer.org. Otras obras recientes en francés son Les capitalismes à l'épreuve de la pandémie (La Découverte, 2020) y Une discipline sans réflexivité peut-elle être une science? (París: Éditions de la Sorbonne, 2021). Macroéconomie et histoire (Ediciones Garnier, 2022), L'économie sociale et solidaire: une utopie réaliste pour le XXIe siècle? (Ediciones Les petits matins, 2023). L'Union Européenne : innover ou disparaitre, Garnier, París, que se publicará en 2024.
